HIPERACTIVIDAD-IMPULSIVIDAD

IMPULSIVIDAD-HIPERACTIVIDAD

 

La actividad motriz es un buen predictor de hiperactividad observada en edad preescolar. En los años preescolares los niños hiperactivos destacan por su inquietud, falta de autonomía, se les considera como desobedientes, duermen poco y se despiertan temprano, tienen dificultades con las comidas y falta de conciencia de las normas. Son descontrolados y con frecuencia sufren accidentes, mostrándose irritables y caprichosos. Por lo general, se les suele describir como niños inquietos e insoportables, inmaduros, testarudos, temperamentales, inconscientes, entrometidos y con evidentes deseos de ser constantemente el centro de atención. Con frecuencia molestan a los compañeros y pueden no llevarse bien con ellos

Entre los factores que pueden influir en una evolución positiva de la hiperactividad infantil se encuentran:

    • La detección temprana del problema.

    • La aplicación de un tratamiento sistemático en los primeros años de escolaridad.

    • La familia bien estructurada y organizada.

    • La existencia de normas flexibles pero claras en el funcionamiento familiar.

    • La capacidad de la familia para adaptar la exigencia a las posibilidades del niño hiperactivo sin caer en la sobreprotección.

 

En general, entre los factores que pueden favorecer una evolución negativadel trastorno se encuentran:

    • La hiperactividad permanente

    • El bajo cociente intelectual

    • Las alteraciones de conducta,

    • la falta de equilibrio mental de los padres y las relaciones escolares y familiares difíciles.

 

Si además presenta conductas desafiantes, agresividad, negativismo e hiperactividad durante la infancia, el pronostico puede incluir delincuencia, deficiente rendimiento escolar y adaptación negativa durante la adolescencia.

 

El apoyo escolar en los primeros cursos escolares;

 

    • Nos ayudará a minimizar el negativismo, agresividad y trastornos de conducta importantes en el niño.

    • La remisión de la hiperactividad infantil en los primeros años de escolaridad, aunque persista el déficit de atención.

    • La prevalencia del refuerzo social y la ausencia de castigo físico para el control de la conducta (premiar lo positivo más que castigar lo negativo).

    • La confianza de los padres en la capacidad intelectual del niño al margen de sus problemas de hiperactividad.

    • La capacidad del profesor de reforzar las conductas positivas y de ignorar adecuadamente las conductas negativas.

    • La enseñanza activa y la flexibilidad en los métodos de enseñanza utilizados.

 

 

Las técnicas cognitivas para hacer frente a la hiperactividad.

La autoevaluación general del comportamiento, que va a permitirle tomar conciencia de las cosas que hace bien, en las que tiene dificultad y de sus posibles soluciones.

El procedimiento básico de autoevaluación será:

        1. Hacer junto con el niño una lista de las cosas que se le dan bien (encontrar con él las cosas positivas en su comportamiento, su rendimiento, su aspecto físico y su actitud hacia los demás).

        2. Confeccionar otra lista con las cosas que le cuesta hacer (preguntar en clase levantando la mano, no dejar su asiento mientras trabaja, terminar las tareas...).

        3. Sin entrar en juicios de valor, se debe procurar que las conductas sean propuestas por él o contrastadas con la experiencia siempre analizándolas como un amigo en busca de ayuda, ya que el niño tendrá dificultades para autoevaluarse, al no ser suficientemente reflexivo y, además, no desear tener una imagen negativa de sí mismo.

 

Cuestionarse posibles soluciones para cada uno de los aspectos destacados en la lista anterior propuestas por él mismo, ayudándole a perfilarlas si son incoherentes o irrealizables. La autoevaluación general del comportamiento se realiza al comenzar la intervención para proponer los objetivos y presentar las actividades que formarán parte del tratamiento, pero no finalizará en ese momento, completándose a medida en que transcurriendo el tiempo el niño pueda observar los objetivos conseguidos, los que debe modificar y qué conductas positivas nuevas ha descubierto .

 

El procedimiento para seguir con la autoevaluación específica y objetiva de las tareas realizadas en cada sesión, que permiten al niño adecuar sus expectativas a su rendimiento real será:

A. Al final de las actividades de una sesión, el niño debe anotar y valorar (de 0 a 5) cada una de ellas.

B. La autoevaluación de cada actividad se realizará de manera conjunta entre el niño y el adulto (quien debe hacer de modelo reflexivo de análisis para el niño).

C. Cuando el niño ha empezado a entender el modo de autoevaluarse se le podrá premiar si se considera que su autoevaluación ha sido correcta (si coincide con la situación real vivida momentos antes).

 

El niño tiene que tener un entrenamiento para atribuir de forma adecuada las consecuencias de sus éxitos o sus fracasos. Los niños hiperactivos tienden a atribuir sus fracasos y su mal comportamiento a factores externos y los éxitos a factores internos. Es una forma de proteger la propia autoestima, pero implica una absoluta falta de control sobre los acontecimientos que le atañen. El reconocimiento de cierto grado de responsabilidad en una conducta es un requisito previo para su modificación.

Aprovecharemos el momento de la autoevaluación para asegurarnos que el niño atribuye las causas de sus buenas o malas conductas de una forma adecuada.

Cuando un niño muestre mucho rechazo a hablar de sus propios errores, no conviene presionarle. En estos casos reforzaremos su autoimagen positiva sometiéndole a experiencias de éxito asegurado, aumentando la tolerancia a la frustración.

 

 

El objetivo de la utilización de las autoinstrucciones es para que aprendan a pensar. Los niños hiperactivos como los demás niños utilizan el lenguaje para regular su conducta y ordenar su pensamiento, sin embargo, no parecen ser tan hábiles como los niños reflexivos.

Los hiperactivos piensan de forma impulsiva, saltándose muchas fases del proceso que son necesarias para resolver una situación con eficacia:

  • Observar

  • Recoger toda la información

  • Analizar la información

  • Desechar la información innecesaria

  • Trazar un plan de acción

  • Tantear todas las posibilidades de respuesta

  • Predecir las posibles consecuencias de cada respuesta

  • Tomar una decisión

  • Comprobar el resultado, felicitarse si ha sido positivo

  • Preguntarse en qué momento se ha fallado

  • Reanalizar la situación; y reanalizar las posibilidades de respuesta.

 

Algunos niños hiperactivos procesan de forma impulsiva: reciben la información (en ocasiones incompleta), responden intuitivamente sin reflexionar y se frustran cuando los resultados no son satisfactorios. Otros, con dificultades de atención, procesan la información de forma lenta y desorganizada, carente de estrategias eficaces. Para ayudar a frenar y organizar el pensamiento de los niños impulsivos, el Dr. Meichenbaum (1974) consideró necesario pedirles que verbalizaran en vos alta sus pensamientos para después ayudarles a organizarlos siguiendo una serie de pasos que denominó autoinstrucciones. Las autoinstrucciones se han convertido en instrucciones aplicables a todo tipo de problemas;

 

PRIMER PASO: Debo saber ¿qué es lo que tengo que hacer?

SEGUNDO PASO: ¿Cómo lo voy a hacer? Estableceré un plan de acción.

TERCER PASO: Recordaré y diré en alto “tengo que estar muy atento y ver todas las posibilidades de respuesta”.

CUARTO PASO: Daré la respuesta.

QUINTO PASO: Evaluaré el resultado y diré: Si es correcto: ¡Me ha salido bien!, ¡estupendo soy genial! Si no es correcto: ¡Vaya!, ¿por qué me ha salido mal? (para responder a esta pregunta deberé analizar en qué paso he fallado). “¡Ah!, ¿fue por eso?, bueno, ahora que lo sé la próxima vez saldrá mejor”.

 

Previo a los pasos anteriores, para que el niño centre su atención en el material sobre el que va a trabajar se puede incluir otro paso, formulado como “Antes de hacer nada digo todo lo que veo”, para entrenar a los niños en el observar y analizar el material con el que van a trabajar antes de que sepan lo que deben hacer con él.

Entrenamiento en estrategias de solución de problemas; Cada tarea requiere un tipo de estrategias de análisis y solución de problemas. Aprovechando el paso segundo de las autoinstrucciones, ¿cómo lo voy a hacer?, se pueden enseñar estrategias específicas para cada tarea. De esta manera el niño aprenderá unas estrategias generales que le servirán para abordar cualquier problema y unas estrategias específicas para cada tarea en particular.

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