TRANSTORNOS INFANTO-JUVENILES

TRANSTORNOS INFANTO-JUVENILES

Cuando hablamos de conductas anómalas en la infancia hacemos referencia a aquellas conductas que se alejan de la generalidad, es decir las que no ocurren a la mayoría, a veces se relaciona con la existencia de una enfermedad o con factores biológicos, pero las conductas que se incluyen dentro de la psicopatología infantil tienen en su inicio y desarrollo la influencia de múltiples variables entre las que incluyen las biológicas pero donde también juegan un papel importante los factores psicológicos y sociales.

Las normas de comportamiento se establecen en función de los propios criterios socioculturales, estas normas establecen qué conductas son adecuadas y cuales no y también determinan en qué condiciones son aceptablesi. Las normas culturales se ven influenciadas por el paso del tiempo.

En el caso de la población infanto-juvenil un aspecto muy importante para considerar los criterios de normalidad es la edad, también denominado criterio de desarrollo. Ya que determinadas conductas que son consideradas normales a determinada edad, pueden considerarse patológicas a otras, por ejemplo mearse en la cama puede ser normal a los cuatro años, pero no a los ocho.

Otras conductas pueden considerarse anormales si interfieren con el funcionamiento exigido socialmente, que en lo referente a los niños suele incluir la familia, el colegio y lo social.

En este contexto y muy brevemente podemos mencionar del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), que se hace patente por indicadores manifiestos de desatención y/o hiperactividad-impulsividad. Dependiendo del síntoma predominante, tenemos el tipo con predominio del déficit de atención, tipo con predominio hiperactivo-impulsivo y el tipo combinado.

Tenemos que pensar que el objetivo principal, al iniciar un tratamiento en la infancia es favorecer la adaptación y el desarrollo normal del niño.

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